En su mensaje de Semana Santa, un destacado grupo de líderes cristianos, judíos y musulmanes sudafricanos expresó su solidaridad con los cristianos y cristianas palestinas y les exhortó a resistir contra el despojo y la expulsión de sus propias tierras.
Manuel Quintero
Ginebra, miércoles, 7 de abril de 2010
El mensaje saludando al Kairós Palestina es un documento elaborado por cristianos y cristianas de esa región en el que se afirma que la ocupación militar de sus tierras es “un pecado contra Dios y la humanidad”, y que cualquier teología que legitime la ocupación se aleja de las enseñanzas cristianas.
El mensaje sudafricano recuerda las palabras de Nelson Mandela: “Nuestra libertad no será completa sin la libertad de los palestinos” y expresa la convicción de que “la justicia llegará a la Tierra Santa, como llegó a nosotros en este rincón del sur de África”.
Los líderes religiosos respaldan el llamado a la resistencia no violenta del Kairós Palestina, especialmente el llamado a boicotear, desinvertir y aplicar sanciones “como una manera de ejercer máxima presión no-violenta sobre Israel para que levante la bota de opresión del cuello de los palestinos”.
El Kairós Palestina fue presentado por primera vez en Belén el pasado mes de diciembre, en un evento al que asistieron representantes de iglesias de todos los continentes. Desde entonces, más de treinta organismos y mil trescientos cristianos palestinos refrendaron el documento, que también recibió adhesiones de iglesias, concilios de iglesias y cristianos de otras latitudes.
El obispo Martin Schindehütte, jefe del Departamento de Relaciones Ecuménicas y Ministerios en Ultramar de la Iglesia Evangélica Alemana, ha señalado la importancia del documento para la reflexión interna de esa iglesia.
“Por supuesto que no estamos de acuerdo en todo con ustedes — y no tendría por qué ser así. Pero estamos más que deseosos de abogar junto con ustedes y cuanto sea posible por el derecho de existencia de los palestinos, así como el de los israelitas, y a promover su coexistencia pacífica”, escribió Schindehütte.
En su respuesta al documento, el teólogo y biblista puertorriqueño Samuel Pagán destacó puntos de contacto con el contexto latinoamericano y la teología de la liberación, y subrayó que “el propósito fundamental del mal, tanto en América Latina como en Palestina… es destruir la imagen de Dios que está presente en cada ser humano y en nuestro contexto inmediato ese mal procura destruir el alma y el espíritu del pueblo palestino, robándole su tierra”.
El Rev. Arie van der Plas, director de programas de la Iglesia Reformada en los Países Bajos, aunque expresó sus reservas sobre ciertas secciones del documento que se refieren a la elección y a la presencia del pueblo judío en esa región, pero advirtió que “los textos bíblicos nunca pueden ser una excusa o una razón para apropiarse de la tierra de otro pueblo o lastimar sus derechos humanos y el derecho internacional”.
Y Mark Braverman, un conocido psicólogo y teólogo judío, ha enfatizado que el silencio de los cristianos frente a las violaciones de los derechos humanos por parte de Israel es un desastre para el cristianismo y la paz mundial.
“Nunca antes fue tan urgente para los cristianos el ser fieles a su fe en la búsqueda de un claro imperativo de justicia social para el pueblo palestino”, destacó.
Pero el rabino Abraham Cooper, decano asociado del Centro Simon Wiesenthal, ve en este documento otro intento de socavar el apoyo a Israel en Estados Unidos y parte de un esfuerzo mancomunado de teólogos y activistas protestantes para destruir a Israel.
Según Cooper, el centro de la guerra teológica protestante contra Israel es el Consejo Mundial de Iglesias, pero advirtió que hay indicaciones de que algunos cristianos evangélicos están abandonando su simpatía por Israel, lo que calificó como “el inicio de una peligrosa tendencia”.
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